Cuentos para Dormir

Cuento: Pepin el pollo gigante

Había una vez un pollo llamado PEPÍN que nació en una granja del campo. Al principio, no era diferente a los demás pollos, pero con el tiempo, empezó a crecer y crecer y crecer. Pronto, se convirtió en un pollo gigante que era tan alto como una casa de dos pisos y tan grande como un elefante.

A pesar de su tamaño, Pepín seguía siendo un pollo amable y cariñoso. No quería hacer daño a nadie, pero su tamaño a menudo asustaba a la gente. Los granjeros de la zona se negaron a dejarlo entrar en sus granjas, temiendo que pudiera destruir todo a su paso. Así que Pepín vagaba por el campo, sintiéndose solo y triste.

Un día, Pepín oyó hablar de un pueblo que estaba siendo atacado por un dragón malvado. El dragón quemaba las casas, destruía los campos y robaba las ovejas de los granjeros. Nadie había sido capaz de vencer al dragón, y la gente del pueblo estaba desesperada.

Pepín sabía que era diferente a los demás pollos, pero también sabía que tenía un corazón valiente. Decidió ir al pueblo para ayudar. Al principio, la gente se asustó cuando lo vio aparecer, pero Pepín les aseguró que venía en paz.

Cuando el dragón apareció, Pepín no dudó ni un segundo. Corrió hacia el dragón y lo atacó con sus poderosas garras. El dragón intentó luchar, pero no era rival para la fuerza de Pepín. Finalmente, el dragón huyó, y el pueblo quedó a salvo.

La gente del pueblo estaba agradecida por la valentía de Pepín y le ofrecieron un hogar en el pueblo. A partir de ese momento, Pepín se convirtió en el protector del pueblo y nunca más se sintió solo. Los niños lo adoraban y lo montaban como si fuera un caballo, y los granjeros le llevaban regalos de agradecimiento por su ayuda.

Desde entonces, Pepín se convirtió en una leyenda. La gente del pueblo contaba historias sobre su valentía y su bondad, y su fama se extendió por todo el país. A pesar de que era un pollo gigante, su corazón era aún más grande, y siempre estaba dispuesto a ayudar a los necesitados.