Cuentos para Dormir

Cuento: Timy el arcoíris

Había una vez un pequeño arcoíris llamado Timy. Timy era un arcoíris muy especial porque tenía colores diferentes a los arcoíris que todos conocen. En lugar de rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta, Timy tenía colores brillantes y nuevos que nunca antes habían sido vistos.

Un día, Timy decidió salir a explorar el mundo. Mientras volaba por el cielo, se encontró con otros arcoíris más grandes y con los colores de siempre que se burlaban de él por tener colores diferentes. Timy se sintió muy triste y solo.

Los otros arcoíris brillaban cuando les daba el sol e iluminaban los parques en los que millones de niños jugaban todos los días.

Pero un día, todas las nubes se juntaron y taparon el sol, el sol no podía entrar por ningún lado, haciendo que los arcoíris más grandes dejaran de brillar. Todos los niños estaban tristes y habían perdido las ganas de jugar.

Al ver esto, Timy sintió que tenía que hacer algo, se concentro más que nunca y de repente, sus colores brillantes comenzaron a iluminar todos los parques sin la necesidad del sol. Ya no importaban las nubes, los parques estaban llenos de nuevo y los niños estaban jugando. Timy había salvado el día.

De repente, las nubes se despejaron y el sol brilló más fuerte que nunca. Todos los arcoíris estaban brillando de nuevo, pero ya no se burlaban de Timy. Entendieron que Timy era especial ya que era el primer arcoíris que podía brillar sin la necesidad del sol. Le pidieron perdón a Timy y lo invitaron a su grupo.

Desde ese día, Timy se convirtió en el arcoíris más querido de todos. Los niños le mostraban a todos sus amigos la belleza de Timy y le pedían que apareciera en el cielo cada vez que había una tormenta para alegrar a todos con sus colores únicos y brillantes.

Timy aprendió que aunque era diferente, eso no lo hacía menos especial. Aprendió que ser diferente es algo hermoso, porque hace que cada uno de nosotros sea único y especial. Y así, Timy el arcoíris brillaba cada vez más fuerte y feliz en el cielo, llevando alegría y esperanza a todos los que lo veían.